lunes, 19 de diciembre de 2016

DIAGNÓSTICO

Para diagnosticar esta enfermedad se realizan diferentes pruebas con el fin de analizar los trastornos que puede causar la patología:
En primer lugar, se lleva a cabo un examen físico exhaustivo para detectar posibles signos como la detección de una masa abdominal, inflamación de las articulaciones, úlceras bucales, etcétera.

Otra prueba insalvable es un análisis de sangre para detectar posibles alteraciones tanto en la sangre como en el metabolismo ( anemia, déficit de minerales...). También sirve para valorar la actividad de la enfermedad ya que en fases con actividad, se podrán ver alteraciones propias de cualquier inflamación como mayor número de plaquetas, glóbulos blancos,aumento de la proteína C reactiva y de la velocidad de sedimentación globular. Es frecuente encontrar anticuerpos anti-Sacharomycespositivos en sangre, siendo una característica útil para diferenciarlo de otras enfermedades intestinales inflamatorias como la colitis ulcerosa, sobre todo en aquellos casos en los que la biopsia no sea definitiva en sus conclusiones.

En otra categoría están las pruebas radiológicas, que resultan muy útiles para localizar lesiones y valorar su intensidad.
  • Así, para ver el intestino delgado se hace un tránsito intestinal, que consiste en la ingestión de un contraste que dibuja la luz intestinal al hacer radiografías seriadas. Esta prueba permite detectar la presencia de úlceras y zonas de obstrucción.

  • Otra prueba muy común es la resonancia magnética que tiene la ventaja de que puede detectar no solo zonas alteradas, sino también determinar en qué zonas hay inflamación activa mediante la inyección de contraste en sangre. 

  • Otro método para diferenciar tramos con inflamación activa de tramos con lesiones antiguas es la gammagrafía con leucocitos marcados con un isótopo radioactivo.

  • La ecografía permite evaluar con detalle la afectación de las capas de la pared intestinal; se debe realizar tras la administración de un enema que limpie el interior del intestino.Tanto la ecografía endoanal como la resonancia nos dejan valorar la presencia de abscesos o fístulas en la región perineal.

  • Para la afectación del intestino grueso el mejor método diagnóstico es la endoscopia, que permite al médico ver el estado de la mucosa de las paredes internas introduciendo un tubo iluminado a través del ano; además, este método permite tomar biopsias que se pueden analizar posteriormente. La alteración de la mucosa más frecuente en la enfermedad de Crohn son los cambios “en empedrado”, por la presencia de zonas ulceradas y zonas sanas.

  • Como alternativa y si no se hubiese alcanzado un tramo de intestino afectado, se puede recurrir desde hace algunos años a la cápsula endoscópica, que es una pequeña píldora similar a la que contiene fármacos, pero que porta un sistema de grabación por imágenes que envía a otro dispositivo que llevará el paciente durante las horas de la prueba. Esta cápsula permite recorrer todo el tubo digestivo e ir grabando imágenes durante todo el trayecto, pero no permite tomar muestras de tejido para biopsia.

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