lunes, 5 de diciembre de 2016

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE PULMÓN

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE PULMÓN

Tratamiento


El tratamiento para el cáncer de pulmón depende del tipo de cáncer, de lo avanzado que esté y de cuán saludable esté la persona.

  • La cirugía para extirpar el tumor se puede hacer cuando este no se haya propagado más allá de los ganglios linfáticos cercanos. La meta de la cirugía es eliminar completamente todas las células tumorales y así curar la enfermedad.
  • La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir células cancerosas y detener el crecimiento de las nuevas células. Estos fármacos, en general, se dan por inyección directa en la vena o a través de un catéter insertado en una vena grande. Esta puede causar efectos negativos como náuseas, vómitos y daño de glóbulos blancos, necesarios para combatir las infecciones, aunque ahora existen formas de contrarrestar y tratar la mayoría de estos efectos.
  • La radioterapia utiliza potentes rayos X u otras formas de radiación para destruir a las células cancerosas. Además de atacar el tumor, la radioterapia ayuda a aliviar algunos de los síntomas que el tumor causa como falta de aire. Cuando se usa como tratamiento inicial, en vez de la cirugía, se puede aplicar sola o en combinación con quimioterapia. 

La radioterapia tiene muchos usos en cáncer pulmonar:
- Como tratamiento primario.
- Para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía.
- Después de la cirugía para eliminar las células cancerosas que puedan haber quedado en el   área afectada.
 - Para tratar el cáncer pulmonar que se ha diseminado al cerebro o a otras partes del cuerpo.


Estos tratamientos pueden realizarse solos o combinados, dependiendo del tipo específico de cáncer pulmonar y el estadio en que se encuentre.

Prevención



La prevención es la mejor arma contra esta enfermedad, ya que más del 80% de los casos de cáncer de pulmón, que está aumentando su incidencia entre las mujeres, se deben a la exposición al humo del tabaco. Así que, abandonar el tabaco es la única forma de evitar una enfermedad que, en la mayor parte de los casos, acaba con la vida de los que la sufren. 


Es por ello que los médicos están comprometidos a ofrecer toda su ayuda a los fumadores que están motivados para dejar su hábito. La reducción del riesgo de padecer este tumor en fumadores se hace patente a los cinco años del abandono del tabaco, disminuyendo progresivamente ese riesgo a lo largo de del tiempo de abstinencia.


Hay que tener en cuenta, además, que la exposición al humo del tabaco no se da solamente en fumadores, ya que son muchas las personas (fumadores pasivos) que inhalan el humo del tabaco no habiendo elegido fuma, incluidos niños.

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